El presidente había dicho que la gente pagaba la entrada para ver a Boca, no a Riquelme, y el público, al igual que siempre, defendió a su ídolo máximo. Luego, Riquelme pone el 2 a 0 de penal, y se va festejando hasta quedar enfrentado con el palco del presidente de Boca en ese momento, Mauricio Macri, e hizo un gesto «indirectamente» hacía él, poniéndose las manos a los oídos, en señal de protesta hacía las quejas que tenía Riquelme sobre su contrato.