De los 12 proyectos presentados fue elegido el del ingeniero Federico Garófalo, el cual diseñó una tribuna en un estilo moderno único en Sudamérica; por primera vez en todo el continente americano se levantará un estadio de cemento. En 1925 ante la probable venta del terreno donde estaba la sexta cancha, la comisión se dedicó a la búsqueda de un nuevo terreno para construir un nuevo estadio. Se priorizó la compra definitiva de este terreno para permanecer en el mismo sitio que los acogía desde 1911, pero las condiciones de los propietarios fueron inaceptables y el monto pedido era impagable, con lo cual quedó firmada la sentencia de desalojo.