Los minutos que ha jugado en el Barça han hecho que poco a poco vaya cogiendo confianza, pero para alcanzar su mejor nivel hay que tener paciencia. También entran periódicamente hombres solos, indios o bangladesíes, que no quieren hablar con nadie. Eso sí, aquel varapalo le permitió jugar el Mundial de España ese mismo verano, que de otra manera hubiera resultado imposible, su último gran torneo con la Selección.